Como sabéis, me gusta compartir con vosotros post de
profesionales que sigo y de los cuales aprendo muchísimo. Hoy comparto el post “Eventos
para todos”, de Política y Protocolo, blog que os he recomendado en varias
ocasiones. En este post, Diana Rubio traslada la idea de la necesidad de pensar
en TODOS a la hora de organizar un evento, algo aparentemente obvio pero que
en muchas ocasiones se pasa por alto.
Eventos para todos
Existen tendencias en los eventos que consiguen
incomodar a sus asistentes, sólo por seguir la moda de ese momento.
Los eventos, esos actos organizados en un lugar
determinado, en un momento único y dirigido a un público concreto, necesitan
para su óptima ejecución, tener en cuenta algunos aspectos que más de un
organizador de estos no tiene.
Uno de los objetivos de todo evento, es la
comodidad de los asistentes, factor que indirectamente influirá en la
memorabilidad de éste entre el público.
Esa comodidad se traslada en primer lugar, en el
acceso al lugar del evento, si es fácil o no, si es un evento donde se
permanece sentado, en los asientos o sillas y finalmente en la temperatura de
la sala en la que tiene lugar.
Por tanto, para poder actuar acorde y dar la
mayor comodidad posible a nuestro evento y a nuestros asistentes, es necesario
conocer a nuestro público con anterioridad. En el caso de no poder hacerlo por
cualquier motivo, utilizar mecanismos universales, donde las opciones del
volumen corporal de nuestros asistentes se tenga en cuenta, y la temperatura
media de la sala oscile entre los 22 y los 25 grados, aspecto que deberemos ir
regulando en el evento in situ, ya que dependerá del volumen de asistentes
unido a la capacidad de la sala, la bebida que pueda ofrecerse o la estación
del año en la que nos encontremos.
¿Por qué digo esto? Porque al igual que un
ascensor es necesario donde hay personas con problemas de movilidad, o que en
un evento con niños no pones sillas de adulto, es común encontrarse con
asientos en eventos en los que las personas con obesidad o con mas curvas de
las denominadas “standars”, no pueden sentarse, ya que o su volumen no les
permite tomar ese asiento, o se clavan parte de su estructura en el cuerpo.
Puede parecer algo insignificante, pero realmente
si no se tienen en cuenta asientos en los que cualquier persona pueda sentarse
y sentirse cómodo, es síntoma de una mala organización.
Por ello, la utilización de sillas sin brazos,
con un asiento fuerte y ancho, debería ganar terreno en muchas ocasiones a la
creatividad y el diseño de unas sillas maravillosas, pero en las que nuestro
público, no se puede sentar a disfrutar de un congreso, un concierto, o a
descansar tras una jornada de pie.
En el caso de que la celebración se realice en
algún teatro o lugar con los asientos ya colocados, el tener la previsión en
algunas zonas de asientos para todo tipo de público, será un detalle que a los
organizadores nos cuesta nada, pero que conseguirá la comodidad y bienestar de
todo el público asistente.
Cualquier mínimo factor conseguirá que nuestro
evento sea un éxito o un fracaso, y elementos como los anteriormente descritos,
tienen el poder de poner sobre la balanza una mala previsión de quienes asisten
y una mala organización que no tiene en cuenta las necesidades del público al
que se quieren dirigir.
Por tanto, pensemos que todos aunque personas
iguales, tenemos necesidades diferentes, las cuales, si se asiste a un evento,
deben ser suplidas con holgura para poder ostentar el titulo de profesional
organizador de eventos.
Fotos y post: Política y Protocolo
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