Hoy, como cada lunes, se emite la serie Isabel y María
Gómez, profesora de la Escuela Internacional de Protocolo, ha publicado varios
post en el Aula de protocolo analizando los símbolos de la Corona que podemos
ver reflejados en la serie. Os dejo con un resumen de sus post pero sin duda os
recomiendo su completa lectura ya que aportan mucha información:
La serie Isabel
y la utilización de los símbolos del poder real
El trono
o silla regia, símbolo usado principalmente en actos ceremoniales que
se desarrollan en el interior y están marcados por un importante tinte
institucional, tales como juramentos, reuniones de Cortes, recepciones o
audiencias reales. Solía colocarse en un lugar destacado, que asegurase una
posición preeminente del monarca respecto al resto de asistentes, y se elevaba
por encima del nivel del suelo gracias a un estrado, que se acondicionaba con
almohadas o cojines y se cubría con alfombras. Asimismo se cubría el respaldo y
el dosel, quedando perfectamente delimitado el espacio del monarca, a ambos
lados, y por estricto orden de precedencias, se situaban los distintos
personajes de la corte.
El pendón
real (como el que vemos alzarse en la torre tras la firma de la
concordia de Segovia, o los que se alzan en distintas torres cuando la reina
dice "alzad pendones por mí") es el símbolo institucional del poder
real y de la institución monárquica, expresa el contenido permanente de la
realeza y del reino, a la vez que medio simbólico que plasma un concepto de
comunidad política por encima de la individualidad del monarca.
Un objeto que hasta finales del siglo XIV se
utilizó como exclusivamente religioso fue el palio (lo vemos en la entrada de Fernando el Católico en
Segovia), cuya finalidad era la de acoger el Santo Sacramento en las
procesiones solemnes. Sin embargo, y a partir del siglo XV, pasó a convertirse
en un símbolo político en todos los reinos de Occidente, desarrollando un papel
muy importante en las entradas reales. De uso exclusivo del monarca, le era
proporcionado por las autoridades urbanas. El armazón era sostenido por una
serie de barras que llevaban los regidores de la ciudad, y estaba cubierto de
ricos paños en los que se bordaban las armas reales.
Otra de las insignias de la realeza muy
importantes era el sello real,
con el que se garantizaba la originalidad del documento que lo incorporaba,
además de mostrar el poder de quien los utilizaba.
El sello es la señal o signo de tipo personal y
representativo utilizado desde tiempos remotos con el fin de resaltar la propia
autoridad.
Entre
los símbolos del poder real, tiene gran importancia el vestido, ya que se trata de un modo muy visual de
representar la preeminencia en los actos ceremoniales. En las entradas reales,
los concejos se encargaban de procurar un vestuario adecuado a sus regidores, y
no dudaban en utilizar vestidos de terciopelo negro, además de intentar que los
ropajes de los espectadores no desentonaran, con el fin de asegurar la máxima
espectacularidad en la celebración.
Donde más se hacía notar el valor comunicativo
del vestuario era en los actos ceremoniales de las exequias reales y la
entronización.
La corona,
símbolo de expresión de la continuidad del poder real, “destinada por la
divinidad al monarca preelectus, en razón de la cual se considera a Deo
Coronato por mediación de los obispos […] lo que comporta la conversión del rey
en santo” (García Pelayo, 1968) , cuya misión es garantizar la salvación. Este
aspecto religioso lo vemos reflejado en la apariencia física de la corona, que
incorpora conceptos que aluden a la sacralidad del poder del monarca (Delgado
Valero, 1994).
Otro objeto muy característico en la iconografía
ceremonial de los monarcas es el cetro,
cuya funcionalidad se engloba dentro de una perspectiva jurídica, jugando un
importante papel en ceremonias de juramentos políticos.
También es parte importante en los actos de
juramento de los príncipes herederos, donde es “el objeto simbólico que se
entregue al futuro monarca como expresión de su nueva condición como sucesor al
trono”. Es asimismo uno de los elementos simbólicos “más característicos de la
representación iconográfica de los monarcas en actitud ceremonial”, alude al
rey como legítimo continuador de una dinastía, Nieto Soria (1993).
En los siguientes enlaces podréis acceder a los post
completos de María Gómez:
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