El uso del concepto de marca personal cada vez es más habitual en
cualquiera de los ámbitos a los que nos dediquemos. Pero ¿qué es esto de marca
personal o personal branding? El término se podría definir como la huella que
dejamos en la mente de los demás. Es esencial construirla desde nuestros
valores y no desde las imposiciones, desde la generosidad y no desde las poses.
Las ventajas de crearnos una marca personal potente son varias: nos
ayudará a ser profesionales de referencia, nos potenciará la confianza en la
toma de decisiones, generaremos credibilidad en nuestro entorno y obtendremos
reconocimiento ya que lograremos buenos resultados. Por lo que tener una buena
marca personal además de beneficiarnos a nosotros mismos beneficiará a nuestro
entorno (familia, amigos y empresa).
Es fundamental tener una marca personal clara, diferenciada,
posicionada y coherente con lo que queremos ser, tanto en el ámbito profesional
como en el personal. Al fin y al cabo todos somos productos expuestos en un
escaparate donde la selección se basará en la diferenciación y en la imagen de
marca que trasmitamos a las empresas y a nuestro entorno. Necesitamos encontrar
nuestro valor añadido para no caer en el saco de las marcas blancas.
Para poder trabajar en nuestra propia marca personal, un buen
ejercicio de inicio es conocer nuestra imagen pública. ¿Cómo nos ven los demás?
Una vez averiguado cómo nos percibe nuestro entorno (qué potenciales y qué áreas
de mejora perciben en nosotros), será necesario establecer un plan de acción. Es
muy importante para ello visualizar lo que queremos llegar a ser, y en función
de los resultados obtenidos en el análisis de la identidad pública,
reflexionaremos sobre los aspectos a trabajar y a potenciar con la ayuda de un
autodiagnóstico y a través de un análisis DAFO. Estas herramientas nos ayudarán
a encontrar nuestro diferencial, nuestro posicionamiento, que nos harán
destacar como marca personal única y nos mostrarán el camino para llegar a
donde queramos llegar. Deberemos marcarnos unos objetivos, definir nuestra
oferta profesional, nuestro producto y empezar a hacerlo visible a través la
comunicación, utilizando herramientas como nuestras relaciones personales,
redes sociales profesionales, a través de la realización de artículos,
conferencias, presentaciones, creación de blogs, networking, etc.
En definitiva, la marca personal no trata de ocultar nuestras
incompetencias. Tenemos que detectar nuestros puntos fuertes y nuestras áreas
de mejora para poder trabajar en aquellos aspectos que creamos necesarios para
poder alcanzar nuestras metas. La marca personal no es una varita mágica, sino
un proceso de trabajo y aprendizaje que requiere de esfuerzo, constancia y
entusiasmo.
Foto: Soy mi marca
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