Ayer, martes 19 de marzo, tuvo
lugar la ceremonia de la Misa de
Inauguración Papal. En varios medios de
comunicación se comentó que el Papa se había saltado el protocolo al bajarse
del jeep para saludar a sus fieles, como fue el caso, por ejemplo del ABC
(pinchar aquí para ver la noticia).
Es importante tener muy en cuenta
que el protocolo no deja de ser una herramienta fundamental de comunicación. Esta
herramienta se utilizará de una manera o de otra en función de los objetivos
marcados por el anfitrión. Si lo que se pretende es comunicar poder,
abundancia, distancia, superioridad, riqueza, etc. los elementos protocolarios
se emplearán de una determinada manera, mientras que si los objetivos del acto van
encaminados a trasmitir cercanía, igualdad, austeridad, etc. los elementos
protocolarios se usarán de una manera bien distinta.
Por ello, el protocolo no se rompió
en ningún momento. Fue un acto cargado de elementos protocolarios, con un ceremonial,
una determinada etiqueta y con un alto grado de simbolismo. Todo estuvo planificado
al detalle, y enfocado al mensaje que el Papa ha querido trasmitir al mundo: austeridad,
cercanía y sencillez.
El hecho de que el Papa se bajara
del vehículo para saludar a sus fieles, no dejó de ser un gesto de cercanía propio
de su persona, nada que ver con el protocolo.
A continuación, os dejo con una
fotografía donde poder ver cómo a través del empleo de elementos protocolarios,
el mensaje transmito es distinto.
Gracias a los elementos
utilizados en este ejemplo, se puede observar cómo la imagen transmitida de
ambos es radicalmente opuesta.
Durante el acto, hubo tantas
cuestiones por analizar, que a lo largo de estos días destinaré varios post
para tratarlas.
Foto: La Prensa y Diario Correo
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