lunes, 8 de abril de 2013

¿Qué tendrán las imágenes del pasado que nos gustan tanto?


Estamos más que habituados a ver la palabra vintage para todo. Está de moda todo lo relacionado con esta mágica palabra. Además del encanto propio de los elementos clasificados como vintage, ¿qué es lo nos pasa con todo lo que nos llega del pasado?

En la actualidad, de sobra es conocida la crisis de valores que está atravesando la sociedad. ¿Puede ser esta crisis la causante de generar en nosotros la nostalgia por tiempos pasados? La verdad que no lo sé, pero está claro que es una cuestión que vende.

En esta línea, me pareció muy interesante un artículo publicado en S Moda, que os traslado a continuación, “El glamour de las revistas de moda vende libros”, por Carles Gámez. Artículo que trata del empleo de las fotografías de moda vintage como reclamo publicitario para vender libros.


Espero que os guste:




A principios de los años sesenta la editorial Seix Barral editaba la novela Últimas tardes con Teresa de Juan Marsé. Una fotografía de Oriol Maspons, donde se podía ver a la modelo danesa afincada en Barcelona Susan Holmquist en un descapotable ilustraba la portada de la novela del escritor. El editor, Carlos Barral, sin proponérselo, presagiaba una tendencia que ha acabado convirtiéndose en un fenómeno: El reclamo gráfico de la portada con glamour.

Para el diseñador gráfico, historiador y Premio Nacional de Diseño, Enric Satué, “hasta el siglo XIX, el libro consistía en un pliego de ideas y conocimientos dirigidos a las minorías cultas, protegidos por unas tapas vacías de contenido”. Este diseño o formato a juicio de Satué cambiaría radicalmente en el siglo XX. “Con la sociedad de masas, la cubierta se empezó a ilustrar con dibujos que aclaraban lo que muchas mentes leían trabajosamente”. Una transformación que daría paso a otros cambios y mutaciones significativos en las portadas de los libros como en otros soportes de las industrias culturales. “A mediados del siglo XX, la sociedad de consumo implantó la costumbre de tratar las portadas como anuncios de producto, con colores y fotografías sugestivas, para destacar de la competencia”, comenta Enric Satué.

Las grandes y pequeñas editoriales hoy en día han encontrado en este “reclamo gráfico”, un filón y atractivo para publicitar sus libros. Actrices y actores como Audrey Hepburn, Grace Kelly, Cary Grant o Lauren Bacall, personificación de ese estilo inmarchitable, sirven como atracción para un público de gustos más sofisticados. La editorial Alfaguara para ilustrar la portada del último libro de Arturo Pérez-Reverte ha optado por una fotografía donde se puede ver a la actriz Grace Kelly en el Hotel Carlton de Cannes que evoca la atmosfera de la novela. Otro tanto sucede con el último libro de la escritora Rosa Montero que acaba de publicar Seix Barral, cuya cubierta lo protagoniza la actriz Eva Marie Saint, la heroína de la película de Alfred Hitchcock, Con la muerte en los talones. Ferran López, director creativo del Área Editorial Grupo Planeta apunta la influencia gráfica de los magazines y las revistas de moda. “Creo que tradicionalmente las revistas de moda y desde hace unos años los suplementos dominicales de los periódicos, vienen utilizando imágenes de fotógrafos que si no son los mejores sí que son los más efectistas”. Y señala: “El uso de estas fotos de buena calidad garantiza tener una base para un buen diseño al tiempo que resulta un reclamo para el lector de esas revistas o suplementos; funcionando como un enlace entre los dos tipos de publicación”.
 

 

Olivia Rojo, coordinadora de diseño de Prisa Ediciones que agrupa sellos como Alfaguara, Taurus, Suma de Letras, etc comenta sobre esta moda o fenómeno gráfico “en nuestro caso las cubiertas con esta tendencia de sacar a mujeres glamurosas y con referencias al estilo y moda, nos lo da el tema de la novela, el tiempo en el que se desarrolla”. Y señala como ejemplo las obras de Benjamin Black. “En sus novelas siempre de los años 40, 50, 60, nos acotan mucho la imagen que queremos reflejar, ya que la época es muy importante en la trama de la novela, por temática, personajes, relaciones hombres-mujeres, etc”. Olivia apunta también otro indicador significativo. "Últimamente, además, los personajes más interesantes son mujeres y el mayor índice de lectura, también es femenino”.

Mucho más crítico se muestra el diseñador gráfico Enric Satué que señala esta moda dentro de esa tendencia de nuestra época donde “la novedad consiste en la repetición del pasado”. Para Satué “en plena sociedad virtual y descreída, estas portadas invocan los efectos del glamour de la moda o la nostalgia de las estrellas del cine de antaño para despertar las mitomanías elegantes y sofisticadas que duermen en nuestra memoria”. Y apunta a un paisaje con carencia de creatividad: “Desde el punto de vista del profesional del diseño, la moda y las modelos es una solución facilona, acorde a la costumbre actual de reducir los esfuerzos al mínimo, con lo que las ideas verdaderamente originales no abundan”. Una tendencia que según él “una vez expoliados los museos a la búsqueda de pinturas para ilustrar cubiertas de libro, ahora parece que toca saquear los bancos de imágenes de las revistas de moda y algunas carteleras de cine”. Y concluye: “En el fondo, las imágenes con damas sofisticadas crean en los compradores de esos libros la ilusión de que, de algún modo, también ellos forman parte del star system de los elegidos”.
 
 

 
 
Fotos y artículo: S Moda y Pinterest.

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