Es
más que conocida la crisis de imagen que está sufriendo los últimos años la Monarquía
española. Pero ¿ocurre lo mismo con el resto de monarquías europeas? Hace unos
días, el blog “Comer, Viajar, Amar”, al que a menudo hago referencia, publicó
un post donde resumía los índices de popularidad de cada monarquía (dejando al
margen a Mónaco, Liechtenstein y Luxemburgo), que me ha parecido interesante
compartir con vosotros, para poder hacernos una idea de cómo se percibe la institución
en cada uno de los países.
Con mil años de existencia la Casa Real de Dinamarca es la más antigua de Europa y también de las más
populares de todo el continente, ya que cuenta con el
respaldo de aproximadamente el 80% de la ciudadanía, según datos publicados en el periódico danés Berlingske
en 2012.
Como consta en un artículo del El Huffington Post, la admiración que la
reina Margarita II, cabeza de esta monarquía, profesa se le atribuye
principalmente a su
personalidad, carácter y versatilidad: aparte de sus funciones
reales es diseñadora, coreógrafa, escenógrafa, pintora, ilustradora
y traductora.
Fomenta también su popularidad el hecho que año a año se publiquen detalladamente los
gastos de la Corona. Otra monarquía que tiene esta
cualidad de su parte, cuya influencia de seguro es positiva en su popularidad,
es la británica.
En el mismo artículo de El Huffington Post se menciona que la transparencia en el manejo de
los presupuestos públicos, es el orgullo de los Windsor.
Los detalles de sus gastos se publican en su sitio web oficial, desde los
estipendios en peluquería hasta los cambios de colchones en el Palacio de
Buckingham.
De esta manera y sin que los numerosos escándalos que se han suscitado a su
alrededor lo afecten profundamente, el reinado de Isabel II alcanzó niveles récord de popularidad
durante la celebración de su Jubileo de Diamante el año pasado.
El 69%
de los británicos consideran que al Reino Unido le iría peor sin la monarquía.
Además, según el diario español El Mundo, este evento fue una “explosión de patriotismo
británico y de devoción popular por su soberana como hacía décadas no se veía”.
Al igual que Dinamarca y Gran Bretaña, el resto de monarquías, salvo España y Suecia, mantienen niveles aceptables
de popularidad, es decir cifras sobre el 60%.
El caso de Noruega es excepcional, ya que según sondeos del periódico Dagbladet el 91% de los encuestados
respaldan a la monarquía del rey Harald V y como si fuera un común
denominador de ciertas naciones del norte de Europa, influye mucho el manejo transparente y
exhaustivo de sus cuentas.
Aunque goza
de una popularidad de 60%, Bélgica no cuenta con la misma
suerte (o capacidad) del reino británico para mantener su imagen a salvo de
cualquier circunstancia polémica. El apoyo de la ciudadanía ha disminuido en 20
puntos desde el 2003.
La figura del rey Alberto II ha sido golpeada no sólo por etapas de inestabilidad política en el país, el
reconocimiento de una relación extramarital con la aristócrata belga y la
paternidad de una hija que tuvo con ella, sino también por los asuntos
fraudulentos y escándalos protagonizados por su hijo, el príncipe Laurent.
La Casa
Real Holandesa que ha estado en el foco de
atención por la investidura de Guillermo como nuevo rey, presenta buenos puntajes
de admiración.
De acuerdo a lo publicado en el diario El Mundo, Beatriz llegó al fin de su
reinado con índices de popularidad superiores al 70% y con más de la mitad de
la ciudadanía de acuerdo con la sucesión del trono a una nueva generación.
Por otra parte, entre las monarquías con menor popularidad se encuentran
España y Suecia, que al igual que Bélgica han registrado un
importante descenso en sus números de aprobación ciudadana.
Una encuesta que en el 2010, realizó el diario Dagens Nyheter mostraba
que el 46% de la población
sueca apoyaba a la monarquía (frente un 74%
registrado un año antes) y apenas el 40% pensaba que la familia real estaba
realizando una buena labor.
Finalmente está la popularidad en caída libre de la monarquía española,
causada principalmente por el rápido deterioro de la imagen del Rey Juan Carlos
y por las controversias en las que está involucrada la infanta Cristina.
El caso de corrupción de Urdangarin y la costosa expedición de
caza de elefantes en Botsuana tuvieron efectos más
profundos en la opinión ciudadana por el contexto (la crisis) que atraviesa el
país. Según un encuesta publicada en abril de este año por el diario El País, el 53% de las personas interrogadas ‘desaprueban’ la
manera en que el Rey ejerce sus funciones.
En sondeos aún más recientes (realizados por el Centro de Investigaciones
Sociológicas, CIS) la perspectiva se torna más gris para la Casa de Borbón,
al registrar la peor valoración de su historia.
Los príncipes también son
populares
·
Bélgica 60%
(de los encuestados en un último sondeo publicado en el diario Le Soir) piensa
que el Príncipe Felipe sería un buen rey.
·
Dinamarca Más
del 80% de los daneses confía en el príncipe heredero Federico y en su esposa la
princesa Mary.
·
España El
príncipe Felipe de Borbón tiene 62% de popularidad entre los españoles, más que
su padre el Rey Juan Carlos I que registra el porcentaje más bajo entre la
familia real.
·
Gran
Bretaña La popularidad del príncipe Carlos se sitúa en un 44% en contraposición
con la de su hijo, el príncipe Guillermo, duque de Cambridge, que tiene el 38%.
·
Holanda El
nuevo rey de Holanda, Guillermo, tiene una popularidad del 72%, porcentaje
menor al 78% que tienen su madre, Beatriz de los Países Bajos, y su esposa
Máxima.
·
Noruega 75%
de los ciudadanos piensa que el Rey Harald no debe abdicar aún a favor de su
hijo el Príncipe Haakon 85% piensa que el Príncipe Haakon está haciendo un buen
trabajo, representando a la monarquía de su país.
·
Suecia 70%
de los suecos quieren que el Rey Gustavo abdique a favor de su hija la princesa
Victoria.
Parece
ser que las monarquías más populares, tienen un punto muy importante en común:
la transparencia. Esta gestión estratégica de una empresa o institución, es
realmente rentable para la misma, pero cuando se hace “de verdad”, cuando se
utiliza como mera herramienta de marketing, el resultado en credibilidad
acabará siendo si cabe peor, repercutiendo directamente en la percepción de la
empresa o en este caso de la institución.
Fotos: El Huffington Post
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