El
poder del lenguaje no verbal es evidente y su fuerza para transmitir mensajes
es espectacular. En post anteriores, he tratado pequeñas cuestiones de lo que
una imagen nos puede llegar a contar, pero… ¿y nuestra voz? La paralingüística,
es la rama que se encarga de estudiar lo que trasmitimos a través de la voz,
cuestiones que forman parte de lo que llamamos lenguaje no verbal.
¿Cuántas
veces nos ha pasado que una persona aparentemente “del montón” nos ha parecido “interesante”
al escuchar su voz? ¿O por el contrario, cuando una persona atractiva, pierde
parte, por no decir todo su atractivo cuando le escuchamos el tono de su voz o
su forma de hablar? Todo suma, y la voz es un componente importante a la hora
de comunicar y de crear percepciones en los demás.
¿Cómo
os imagináis la voz de Amanda Seyfried?
¿Y
la de Hugh Jackman?
A
continuación, os dejo el artículo “Tu tono de voz influye en tu atractivo”,
publicado por Muy Interesante, donde se muestran los principales resultados de
un estudio realizado por la Universidad College de Londres:
Las voces masculinas graves y las femeninas agudas son más atractivas para
los individuos del sexo opuesto, porque estiman más "apropiado" el
tamaño del cuerpo de la persona que habla a partir de la frecuencia de su voz.
Es la conclusión de un trabajo publicado en la última edición de la revista PLoS
ONE y del que se hace eco la agencia SINC. El estudio muestra que los oyentes
imaginan el tamaño del cuerpo de una persona, e incluso la connotación de lo
hablado, basándose en la frecuencia, la calidad de voz y la distancia entre
formantes –los picos de intensidad en el espectro de un sonido–.
Los autores, liderados por Yi Xu, investigador de la Universidad College de
Londres (Reino Unido), sostienen que los gruñidos animales a frecuencias bajas
suelen indicar mayor tamaño corporal, dominio o agresividad; mientras que
frecuencias altas y tonos puros sugieren menor tamaño, sumisión, e incluso
miedo.
Por ese motivo decidieron analizar si se puede aplicar a los humanos un
principio similar, y pidieron a voluntarios varones que escucharan una voz
femenina que había sido modificada en los tres parámetros –frecuencia, calidad
y distancia entre picos– para simular que procedía de un cuerpo menudo. Por su
parte, las mujeres escucharon una voz masculina alterada como si su dueño fuese
corpulento. "Los hombres preferían voces femeninas con un tono
relativamente agudo –pero no tanto como los niños–, más susurrantes y con una
distancia mayor entre los picos de intensidad, lo que se correlaciona con un
menor tamaño corporal", explica Xu a SINC.
Asimismo, a las oyentes femeninas les gustaron más las voces masculinas con
tono grave y una menor distancia entre formantes, cualidades que corresponden a
un gran tamaño corporal. Sin embargo, a las oyentes femeninas también les
gustaron las voces masculinas más susurrantes, “lo que en realidad corresponde
a un pequeño tamaño del cuerpo”, continúa el investigador, que interpreta que
"la voz susurrante en los hombres suaviza la agresividad asociada con un
gran tamaño corporal”. Por ello, los autores concluyen que, a pesar del
desarrollo de un lenguaje complejo, las interacciones vocales humanas siguen
empleando ciertos instintos animales.
“El atractivo vocal humano para el sexo opuesto se basa en el mismo código biológico, basado en el principio de la proyección del tamaño corporal, que se utiliza en la comunicación vocal entre animales y la expresión de emociones humanas a través de la voz”, concluye Xu.
“El atractivo vocal humano para el sexo opuesto se basa en el mismo código biológico, basado en el principio de la proyección del tamaño corporal, que se utiliza en la comunicación vocal entre animales y la expresión de emociones humanas a través de la voz”, concluye Xu.
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